De Francia a labrar y amar el PIVEM

Las propiedades del Parque no solo son las infraestructuras erigidas en sus terrenos. Uno de los más preciados patrimonios del Parque Industrial Víctor Espaillat Mera (PIVEM), son las historias que su gente protagoniza todos los días.

Una de ellas, la encarna un caballero francés, afincado desde hace dos décadas en la República Dominicana. Es una persona que halló en este país, en Santiago y en este Parque, el lugar para vivir, construir y ser feliz.

Es Damien Bischoff, presidente de la empresa Grand Island Group, quien habló en nombre de las empresas que aumentarán este año sus facilidades productivas y de infraestructura, en el acto encabezado por la vicepresidenta Raquel Peña.

Damien confesó que el país, además de ser un excelente destino de inversión, terminó convirtiéndose en su hogar y donde decidió emprender «otro gran proyecto de mi vida…mi familia».

El empresario manifestó su satisfacción por el apoyo de la Corporación y por las nuevas infraestructuras que les servirán para seguir operando y ensanchar sus mercados. «Tanto yo como mis compañeros del Parque llevamos por el mundo el orgullo de lo fabricado en la República Dominicana», afirmó.

Misión del PIVEM 

En su discurso ante la vicepresidenta Raquel Peña, Damien Bischoff aseguró que la pandemia del COVID-19, sacó a relucir la misión que dio origen al PIVEM: suplir empleos a los barrios de Santiago, como Cienfuegos, Rafey, Monterrico, Ingenio Abajo y otros sectores ubicados cerca del río Yaque.

Recordó que más allá de la empleomanía que aporta el parque de zona franca, cuando el país cerró y posteriormente les permitieron trabajar, han hecho malabares para seguir productivos, implementando medidas de bioseguridad y continuar fabricando, exportando y dando lo mejor.

«La pandemia ha manifestado que, junto con los planes del Gobierno, las zonas francas son el garante de la cohesión social de Santiago y del país y, ha demostrado la más grande resiliencia por encima de todos los otros sectores. Mostró al país, que no solo dependemos de que los turistas se monten en un avión, o que los familiares en el exterior manden dinero; basta con que nos dejen los puertos abiertos, y sostendremos la economía», argumentó Damien Bischoff.